terça-feira, 9 de junho de 2015

Trata de Personas: la Vida Religiosa se hace presente en las periferias existenciales

Trata de Personas: la Vida Religiosa se hace presente en las periferias existenciales

09.06.15 | 16:55. Archivado en Iglesia en BrasilVida Religiosa
http://blogs.periodistadigital.com/luis-miguel-modino.php/2015/06/09/trata-de-personas-la-vida-religiosa-se-h
Uno de los desafíos a los que todo cristiano se enfrenta es hacerse presente entre aquellos que la sociedad ignora, desprecia, se aprovecha, explota… Es lo que el Papa Francisco llama “periferias existenciales” y en las que cada vez habita más gente.
Entre los colectivos que forman parte de esas periferias están aquellos que sufrenexplotación sexual, casi siempre mujeres, muchas veces menores de edad, que se ven sometidas a este tipo de abusos, con el placet de una sociedad que se calla, por miedo, por dejadez, por interés… o por tantos otros motivos que ponen de manifiesto la necesidad de que las cosas cambien.
Para intentar que la situación sea diferente, en 2006, la Confederación de los Religiosos Brasileños (CRB, por sus siglas en portugués), creó la “Rede um Grito Pela Vida”, con el objetivo de combatir la trata de personas. Extendida por casi todos los estados del país, está constituida por 250 religiosos y religiosas de diferentes congregaciones que se articulan en núcleos, intentando así ser una voz profética para la sociedad brasileña.
De hecho, en la sociedad falta esa conciencia que permita combatir este crimen de la explotación sexual y de la trata de personas, también para el comercio de órganos o el trabajo esclavo o en condiciones degradantes, donde se ven envueltos muchos niños y niñas de los llamados países del Sur.
Inclusive en algunos sectores de la propia Iglesia Católica, esta red encuentra muchas veces indiferencia a la hora de realizar ese trabajo de concientización. Es verdad que laCampaña de la Fraternidad de 2014, que abordaba este tema, ayudó a tomar mayor conciencia y a que la atención a estas personas haya mejorado, pero no cabe duda de que queda un largo camino por recorrer, como demuestran las estadísticas que hacen referencia a quienes se ven afectados por esta lacra social.
A partir de un trabajo en común con diferentes organizaciones, la red pretende prevenir este tipo de situaciones, realizando una tarea de información con adolescentes y jóvenes, que son las víctimas potenciales. Todo ello a partir de la reflexión y el estudio que ayuden a entender las causas, instruyendo personas que puedan ayudar a combatir la explotación sexual y movilizando a la sociedad para que sea cada vez más sensible a este problema. Además de esto, promoviendo la creación de políticas públicas que puedan ayudar a combatir este mercado del crimen organizado.
El problema de la explotación sexual es común en todo Brasil, pero se acentúa en lasregiones Norte y Nordeste. Un reciente informe de la Policía de Carreteras Federal (PRF, por sus siglas en portugués) constata la existencia de casi 2.000 puntos de explotación sexual en los márgenes de las carreteras federales brasileñas, lo que pone de manifiesto que el problema es conocido, aunque las soluciones no aparezcan.
Uno de los puntos donde este problema está presente es Manaos, como constatanEurides Alves de Oliveira y Roselei Bertoldo, religiosas de la Congregación del Inmaculado Corazón de María, que coordinan el núcleo de la capital amazónica y que desde allí se hacen presentes en diferentes lugares. Es aquí donde se concentran muchas de las mujeres, buena parte de ellas menores, de la Región Norte del país para después ser llevadas, la mayoría de las veces engañadas, para formar parte de las redes de prostitución, tanto dentro como fuera del país.
Los testimonios que cuenta nos llevan a descubrir la crueldad de este tipo de crímenes. Situaciones que resultan estremecedoras, como la madre que lleva a su hija adolescente a ser explotada sexualmente en el puerto de Manaos, reconociendo entre lágrimas que es la forma de poder comer y que hace eso porque ella, que siendo adolescente ya era llevada por su propia madre, a sus treinta y pocos años, ya es considerada vieja y no es aceptada por los criminales que participan de ese tipo de fechorías. ¿Cómo reaccionar ante estas situaciones? ¿Cómo ser presencia de Dios entre éstos que sin duda son los últimos de los últimos?
Del mismo modo, cuentan la situación de las mujeres de la región que son llevadas a las minas a cielo abierto en Surinam, con el pretexto de ser cocineras, y que una vez allí se convierten en esclavas sexuales de los trabajadores, con escasas posibilidades de huir de un lugar a donde llegaron después de días o semanas de viajes por caminos que no conocen y sin un tostón en el bolsillo. Nada diferente de aquellas que son enviadas para Europa y caen en las redes de prostitución y se convierten en esclavas sexuales.
El último caso ha salido a luz este sábado pasado, 6 de junio. Gracias a la colaboración de las asociaciones italianas “Il Mantello” y “Liberazione e Speranza”, que previamente habían sido informadas por la “Rede um Grito pela Vida”, fue liberada una joven de 20 años, que había salido de Rio Branco, capital del estado amazónico de Acre, para trabajar como doméstica en la casa de una familia italiana, con la promesa de recibir un salario muy por encima de lo que podría ganar en Brasil. Una vez allí fue convertida en esclava sexual. Sólo un nuevo número en una estadística que ya se perpetúa por demasiado tiempo.
O las adolescentes y jóvenes que, sin posibilidad de poder estudiar en las comunidades donde viven, son acogidas por familiares o amigos de la familia en la ciudad, para acabar siendo empleadas domésticas gratuitas y satisfacer los deseos sexuales de los hombres de la casa.
Cambiar las cosas no es fácil, pues la gente tiene miedo de denunciar este tipo de situaciones que son ampliamente conocidas. Hay muchos “peces gordos” implicados y abrir la boca se puede pagar con la vida. Empresarios, políticos, representantes de los diferentes poderes forman parte de este esquema criminal, que amenaza abiertamente a quienes se atreven a denunciar. Como ejemplo, entre otros muchos que están en la misma situación, Monseñor Azcona, agustino recoleto español, obispo de la Prelatura de Marajó, en la región amazónica brasileña, amenazado de muerte desde hace varios años, pero que renunciando a la protección policial se ha convertido en un verdadero profeta de la lucha por la defensa de los derechos sociales y la vida de su pueblo, a partir de la fe y la esperanza en que las cosas pueden cambiar.
El clamor de tantas personas, sobre todo mujeres, adolescentes, niñas, hace que la vida religiosa quiera ser voz profética entre aquellas que indefensas claman por vida y dignidad. Una presencia que hoy se hace necesaria para continuar siendo presencia el Amor de Dios en las periferias.

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